Un día no es suficiente si quieres deleitarte, pero si te mueves, puedes ver bastante de la ciudad.
A las 11:35h. cogí el tren desde la estación de Benicarló dirección Tarragona y, aunque no tenía pensado estar más que un par de horas, finalmente decidí quedarme casi todo el día (mi objetivo era Reus). Cuando llegue a la estación Tarragona (en el centro de la ciudad), atención al cliente me informó, muy escuetamente, sobre la ubicación de los yacimientos de la ciudad y como llegar a Reus.
La estación de autobuses se encuentra en el centro de la ciudad, a unos 25 minutos andando desde la estación (demasiado tiempo perdido). Me hice con un plano y junto con la guía que llevaba, calculé el tiempo que me iba a llevar ver Tarragona, después ir a la estación de autobuses y visitar Reus. ¡Un jaleo!.
Con lo cual, como desde Tarragona si había trenes directos, compré un billete para Reus y a las 18:00h. me dispuse a descubrir Tarragona.
Para ir al casco histórico desde la estación, hay que subir una pronunciada cuesta, que llega hasta el anfiteatro cuyas vistas son espectaculares.
En este punto es donde comencé a enamorarme Tarragona y sin duda, merece otra visita en profundidad.
¿Qué se puede visitar en menos de un día?
- El Anfiteatro romano: la entrada general cuesta 7,40 € (Paseo Arqueológico-Murallas, Pretorio y circo, Anfiteatro, Foro Local) y entrada por recinto, 3,30 €. Entregando el carné de estudiante internacional (ISIC) me costó 1,70 € solo el anfiteatro (el único recinto que pude ver).
Os dejo la web donde podréis ver las tabla de precios del MHT (Museo de Historia de Tarragona).
- Disfrutar de las vistas desde el Balcón del Mediterráneo, donde se puede ver el anfiteatro y el mar. Desde ahí, continuar la visita dirección a la Pretori romà y el circo romano (s.I). El circo se caracteriza por encontrarse dentro de la ciudad y, fue considerado uno de los mejor conservados de Occidente.
- A partir de la Pretori romà, toca perderse y descubrir las calles de Tarragona. Pronto me topé con el mural de Carlos Arola en la Plaça del Sadassos, junto con los vestigios del circo romano.
Los altos edificios, sus grandes bloques de piedra y la forma en la que se han deteriorado con el tiempo me recordaban a los de Siena en Italia. Una maravilla.
Esto también se aprecia en la Plaça del Fòrum donde se encuentran restos de los muros romanos (s. I).
- Terminé la visita en la Plaça Pla de la Seu, una de las plazas más concurridas y donde se percibe el ambiente medieval. Allí me entretuve más de 20 minutos haciendo fotografías a la Catedral de Santa Tecla (s.XII-XIV) y a los edificios colindantes.
Si Tarragona me estaba dejando perpleja, el Pla de la Seo ¡fue la guinda de esta escapada! 🙂
Donde Finaliza el Norte 