Potsdam, Patrimonio Mundial de la Unesco en 1990.
Los palacios y jardines de Potsdam fueron construidos bajo el mandato de los reyes prusianos entre los años 1730 y 1916.
Son más de 500 hectáreas de parques y 150 edificios emblemáticos. Es por esa razón que no debéis agobiaros si solo podéis ir un solo día. Una de las rutas más populares es la que os llevará a conocer el Palacio de Sanssouci, los jardines, la Casa China, el Palacio de la Galería de Arte y el Palacio Nuevo (este último no nos dio tiempo a visitarlo).
En esta publicación os cuento que se puede ver en un día.
¿Cómo llegar desde Berlín?
De nuevo, os recomendamos comprar tarjeta turística: Berlín WelcomeCard. Además de incluir la entrada a los museos, monumentos y disponer de distintas ofertas, también incluye el transporte público y la zona C, donde se encuentra Potsdam. En tren llegaréis a la ciudad en menos de 45 minutos.
Podéis comprar la tarjeta turística haciendo clic sobre la imagen:
VISITAR POTSDAM EN UN DÍA
Palacio de Sanssouci, Palacio Galería de Arte y jardines: era la residencia de verano de Federico el Grande, construido de estilo rococó alemán entre el 1745 y 1747. El rey quiso hacer de su palacio, un lugar de retiro donde poder descansar y disfrutar de su vida privada.
«A los pies del palacio lo que hay son viñedos».
«Aún se conservan intactas las salas y habitaciones con los muebles originales de la época. Solo es posible hacer fotografías en la primera estancia».
«Este es el Palacio Galería de Arte, situado a pocos metros del Palacio de Sanssouci».
«Al fondo se puede ver la Casa China».
Podéis comprar la entrada (pase de un día) en el Centro de visitantes, bajo el Molino histórico.
Chinesisches Haus: paseando entre viñedos y parterres nos encontramos con la Chinesisches Haus (Casa China). Lo primero que llama la atención son los tonos dorados de las estatuas y el tejado. Alrededor se pueden ver músicos chinos y bebedores de té vestidos como salidos de un cuento de hadas. En el interior se exhibe porcelana del siglo XVIII (justo ese día estaba cerrado 😦 ).
Molino histórico: en su momento los molinos de viento se repartían por toda la ciudad y solo este, quedó en pie. Entre el 1787 y 1791, fue reemplazado por un nuevo molino de estilo holandés.
Con los años el molino sufrió distintas modificaciones. Además, fue desmantelado en el año 1858 por su falta de rentabilidad. E incluso, sufrió un incendio en 1945.
Años después decidieron reconstruirlo y establecer un museo artesanal. En el año 2007, se presentó una exposición permanente donde ser puede ver moler el grano utilizando energía eólica.
Dentro hay una tienda de souvenirs y, se puede ver la maquinaria del molino junto a unas bonitas vistas desde el último piso.
Barrio Holandés: después de ver el palacio y pasear por los jardines, llegó el momento de visitar la ciudad moderna. Este barrio nos llamó mucho la atención. A mediados del siglo XVIII, el rey Federico Guillermo I de Prusia necesitaba artesanos cualificados. ¿Qué se le ocurrió entonces? propuso a los holandeses ir a vivir a Potsdam.
El rey quería que se sintiesen como en su país natal, por eso mandó construir 130 casas de ladrillo al estilo típico holandés. Ahora se pueden ver tiendas, cafés y bares.
De vuelta a la estación de tren, fuimos viendo lo que nos quedaba del centro de la ciudad. Entramos a una tienda donde vendían delicias de chocolate y donde por supuesto, compramos (una bolsita de naranja confitada y chocolate). En otra tienda compré una cuña de queso (creo recordar que era mezcla de vaca y oveja) para saborearlo en Madrid.
Espero volver en un futuro ya que tiene muchísimos monumentos que visitar. Además de tener una ciudad moderna impecable, con muy buen ambiente…
Potsdam, ¡qué ciudad más bonita!
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