El trayecto de Florencia a Siena no duró más de una hora, en el cual pudimos echarnos alguna que otra cabezada. Mi hermano se quedó bastante sopa y yo intentaba no dormirme demasiado, ¡no podía perderme las vistas! La abrupta vegetación que recuerda a la Primavera, las ondulaciones del típico paisaje de la Toscana, cantidad de girasoles o los cipreses a lo lejos.
«Siena: vistas desde el hotel»
«Baisilica di San Domenico: cerrada al público»
De nuevo, dejamos las maletas en el hotel: mochila al hombro, compramos un par de botellas de agua bien fresquitas, las guías de viaje y la cámara. Comenzamos a callejear y a perdernos por las calles hasta que llegamos a la Piazza del Campo.
Allí se celebra el Palio el 2 de Julio y el 16 de Agosto, prolongándose durante una semana. Se trata de una competición entre las “contradas” (cada barrio tiene su propia identidad , “ Le 17 contrade di Siena ”) en forma de una carrera hípica que lleva celebrándose desde la edad media.
«Las contratas de cada barrio»
Las carreras del Palio son muy peligrosas y por lo general , se suelen presenciar trágicos accidentes. El caballo ganador es el que consigue terminar primero las tres vueltas a la piazza con un tiempo aproximado de 3 minutos, con o sin jinete (quieren reducir el tiempo a 1 minuto).
Después de contemplar la Piazza del Campo y familiarizarnos con algunas de las Vias, dimos con un a pizzería que hacía esquina en la misma piazza (Via Rinaldini). Aquí nos compramos una especie de “doble pizza” que estaba buenísima, la bebida “succo di pesca” (como no).
Aunque estaba a punto de caer el diluvio universal, nos sentamos en plena Piazza del Campo a disfrutar de la comida, del ambiente y ¿por qué no?, del tiempo tan peculiar que nos estaba haciendo.
» Torre del Mangia (1338) junto al Palazzo Pubblico en la Piazza del Campo «
» Palazzo Pubblico (ayuntamiento) en la Piazza del Campo «
Fue uno de esos momentos en los que nos encontrábamos tan a gusto, que aunque tuviésemos un plan de visita y el tiempo limitado, no nos hubiese importado posponerlo o simplemente quedarnos allí con un gelato.
Antes de sentarnos a comer localizamos una de las entradas a la piazza… Pronto empezaron a caer las primeras gotas y, en menos de un minuto, se quedó el centro de la piazza vacía.
¡La que calló en un momento! Desde luego el tiempo que nos hizo en la Toscana fue un regalo.
En pocos minutos comenzó a escampar.
Me quedé fijándome en dos niños que me hicieron mucha gracia. En cuanto paró de llover salieron corriendo con sus chubasqueros y sus gorritos puestos con el único objetivo de correr y saltar sobre todos los charcos que se encontraban.
Continué grabando y fotografiando la otra cara de Siena, en su estado más primaveral de camino a la Cattedrale di Santa Maria de Assunta (Via Pellegrini).
La catedral era lo más nos interesaba, junto con la librería Piccolomini, ubicada en el interior de la catedral.
Compramos las entradas (que incluía la catedral, la librería, el baptisterio, la cripta y el museo), para que no tuviésemos que esperar al día siguiente las largas e interminables filas que se suelen formar.
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Pasamos la tarde conociendo las distintas Vias, como la transitada Via Banchi di Sopra y Via Banchi di Sotto. En el conocido callejón Vicolo di Costaccino, se puede apreciar la majestuosidad de la arquitectura del renacimiento, en sus arcos y altos muros.
«Vicolo di Costaccino»
«Arcos del Vicolo di Costaccino»
Siena se mantiene prácticamente intacta desde la Edad Media. En 1348, sufrió un brote de peste negra que diezmó la población y desde entonces, el dominio de la Toscana está a manos de Florencia.
Pasamos por debajo de los arcos, pasado el callejón Vicolo di Costaccino hasta llegar a la Piazza del Campo donde nos quedamos a cenar.
En la Via del Porrione encontramos otro establecimiento donde preparan Paninis italianos (un tipo de pan de ciabatta o roseta). El mismo cliente puede elegir los ingredientes, además se puede pedir que lo calienten un poco. Esta exquisito y asequible de precio si vais con un presupuesto justo.
«Paninis italianos»
«Fotografía para la posteridad. Uno de los mejores desayunos:
tarta de chocolate, croissant con mermelada de melocotón y café»
Según el horario, a las 12:00h., nos encontrábamos casi los primeros haciendo fila, impacientes por ver la mezcla de estilos de la Cattedrale di Santa Maria de Assunta y del Battistero di San Giovanni (impresionantes frescos en el techo).
Podéis comprar la entrada a la Cattedrale di Santa Maria de Assunta en el siguiente enlace:
Lo que más destaca son esculturas del gótico tardío, las pinturas del Renacimiento y el diseño barroco. En sus inicios, los arquitectos decoraron el edificio al estilo románico, se trata de uno de los mejores ejemplos del gótico puro junto con el Battistero di San Giovanni, el museo y el hospital de Santa María della Scala. En su interior se encuentran los frescos del 1440 que recrean escenas hospitalarias de la Edad Media.
» Cattedrale di Santa Maria de Assunta «
«Librería Piccolomini»
(Pincha aquí para ver más imágenes del interior)
» Battistero di San Giovanni»
(Pincha aquí para ver más imágenes del interior)
Donde Finaliza el Norte 