Ocho horas de viaje y, ¡llegamos a Vigo!
El destino estrella de esta escapada eran las Islas Cíes, y de ahí, que nos alojásemos en Vigo.
Vigo es una ciudad moderna, sin a penas casco histórico. Sin embargo, cuando comienzas a callejear, se percibe cierto encanto en los edificios pertenecientes a la burguesía viguesa del siglo XIX, y cuyas fachadas, se han mantenido desde entonces.
Nuestra andadura por Vigo, comenzó en el monumento a Julio Verne y el impresionante puerto transatlántico más importante de España. Es uno de los principales centros industriales y comerciales del país.
«Monumento a Julio Verne»
Ubicado en la Puerta del Sol, se encuentra El Sireno, obra de Francisco Leiro (1991), kilometro 0 de la ciudad y símbolo de Vigo.
«El Sireno»
Un buen enclave para pasar la tarde es el Parque Do Castro, lugar donde se encuentra el único castro de la ciudad. Este yacimiento arqueológico del Monte de O Castro data de los siglos II a.C y III d.C. Aquí hay una reconstrucción de 3 edificaciones castreñas con posibilidad de realizar visitas guiadas.
Los castros siempre me han parecido fascinantes, así como los emplazamientos donde se ubican. Más pronto que tarde volveré a Galicia, para dejarme sorprender por estas enigmáticas fortificaciones celtas.
«Vistas de las Islas Cíes desde Parque Do Castro»
La tarde concluyó en lo más alto de este parque, donde se pueden contemplar la mejores vistas de la ciudad. Y Ahora si, ya estábamos impacientes a que llegase el martes para coger la mochila y poner rumbo a Islas Cíes, pero esta aventura la relataremos en el próxima publicación.
Os recomendamos la pagina oficial de Vigo ya que proponen distintos “paseos” por la ciudad: «Vigo antiguo», «Vigo marítimo», «Vigo señorial» y «Vigo de ayer y hoy».
COMPLETA LA VISITA
Donde Finaliza el Norte 